Todo comenzó como no podía ser de otra manera. París, acoge a un joven diseñador italiano que con 17 años, parte de Voghera para estudiar en École des Beaux Arts y en la Chambre syndicale de la Couture Parisienne.
Su primera oportunidad en la capital francesa fue con Jacques Fath y luego con Balenciaga. A continuación encontró trabajo con Jean Desses, donde tuvo la oportunidad de ayudarle a diseñar el icónico estilo de la condesa Jacqueline de Ribes. Después de ese trabajo, se unió a Guy Laroche por 2 años. Cuando terminó ese período, decidió volver a su país natal en 1959, donde montó su propia casa de modas en la Via Condotti, Roma, con el respaldo de su padre y un socio. Así inició su larga relación profesional con la ciudad de Roma.
Jackie Kennedy se fija en el nuevo talento italiano y le encarga su traje de boda para darle el sí quiero a Onassis. En un derroche de creatividad, Valentino le confecciona un vestido mini de color ámbar y en seda georgette, cuya imagen da la vuelta al mundo encumbrando su talento. El modisto italiano también diseñó los vestidos nupciales de Marie Chantal Miller, Elizabeth Taylor, Rosario Nadal, Jennifer López y Maxima de Holanda.
El estilo de Valentino se centra en unos diseños que reflejan la feminidad de la mujer. Se puede describir como la continuación de la alta costura del siglo XX. El objetivo del diseñador es resaltar a través de colores vivos y telas lujosas.
A Valentino siempre le ha gustado el rojo. De su pasión por él, el diseñador logró dar nombre a una tonalidad, el rojo Valentino, que ha convertido al vibrante color en su tarjeta de presentación.
Una parte muy especial de las colecciones de Valentino son sus accesorios.
¿Quien se resiste a un bolso negro clásico que te pueda salvar en cualquier ocasión?
¿Y a un original rojo Valentino?
Nosotras estamos convencidas, un Valentino es para siempre.
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